Un armario de distribución o control suele consistir en una caja metálica equipada con diversos componentes, como interruptores, relés, fusibles, contactores, transformadores y otros componentes electrónicos. Estos componentes se utilizan para controlar, proteger y distribuir el flujo de electricidad.
Las celdas y armarios de control están diseñados para cumplir los requisitos y normas eléctricas de una aplicación o industria concreta. Proporcionan protección contra sobrecargas, cortocircuitos y otros fallos eléctricos. También facilitan el mantenimiento, la reparación y la ampliación del sistema eléctrico.
Las celdas y los armarios de control se utilizan en diversas industrias, como la automovilística, la química, la alimentaria, la manufacturera y muchas otras. Son esenciales para el funcionamiento seguro y fiable de los sistemas eléctricos en entornos industriales.